Orígenes de Europa comprende un período histórico vital para la conformación social y política de la Europa actual, que se inicia con el final del Imperio Romano, en torno a los siglos III-IV y concluye en torno al siglo X.
El Islam dominó la ciudad, desde ese impreciso 711 que nos cuentan los cronistas, al 1085. Toledo, la capital del reino visigodo es invadida por las tropas musulmanas dirigidas por Tarik Ben Ziyad y por el obispo Oppa, Hermano de Witiza. Por su pasado y por su situación Toledo seguirá siendo un núcleo fundamental dentro de Al-Ándalus. Será la capital de la Marca Media y protagonizará numerosos episodios relevantes en la historia del emirato y el califato omeyas. Conseguirá incluso ser de nuevo independiente entre los años 1031 y 1085 bajo la dinastía Banu Dil-Nun.
Un periodo de esplendor terminaba y se inauguraba uno nuevo, en el que las ciencias, medicina, o la astronomía, tuvieron un protagonismo especial.
En esta visita, intentaremos llenar de contenido, con la imaginación debidamente orientada, el conjunto de calles, monumentos y rincones que vamos a recorrer.
Urbs Regia. Orígenes de Europa comprende un periodo histórico vital para la conformación social y política de la Europa actual, que se inicia con el final del Imperio Romano, en torno a los siglos III- IV y concluye en torno al siglo X. El fin político del Imperio marca el inicio de un largo camino hacia lo que será la Edad Media, transformando sobre la marcha todo el viejo continente hacia una nueva Europa de la que aún somos herederos. En este final del imperio Romano, concurren varios acontecimientos históricos, culturales y sociales que han marcado el devenir europeo y que todavía siguen influyendo en la Europa del siglo XXI. Una época de grandes transformaciones, que asistió al desarrollo de las grandes religiones y su proyección cultural, como son el cristianismo y el islam, la definición de dos grandes espacios políticos y culturales diferentes pero estrechamente vinculados por el Mediterráneo y los antiguos pasos y vías continentales de antigüedad milenaria: Oriente y Occidente y, por supuesto, la creación en estas grandes regiones de los nuevos reinos de Europa, origen de los modernos países europeos, diseñados y bajo el doble signo identitario de pueblos originales que se relacionan entre ellos a través de la conformación de lo que se convirtió con el paso del tiempo en nuestros estados actuales.
Hoy, a petición de un grupo de socios, visitaremos el Toledo Islámico.
DESCRIPCIÓN DE LA VISITA
Para realizar una visita exhaustiva, necesitaríamos varios días, de los que no disponemos . Por éste motivo, vamos a configurar un recorrido que nos permita realizar una rápida inmersión en el Toledo Islámico, con la cual ampliamos el espectro de las visitas realizadas hasta ahora, dedicadas al periodo cronológicamente más temprano de Orígenes de Europa, para introducirnos en el mundo islámico, para lo cual tenemos que tener en cuenta que recorríamos un periodo de esplendor, el reino visigodo, que se acaba, y nos introducimos en otro, no menos importante, que iniciamos con el Toledo Islámico.
La entrada de los musulmanes en Toledo estuvo, y está ¿Cómo no?, rodeada de leyendas. Quizá , la intención de éstas fueran magnificar la victoria por parte de los conquistadores, o tal vez justificar la derrota por parte de los sometidos.
Los mitos de la época musulmana referentes a Toledo, se pueden reducir a uno solo, el de la casa de los Cerrojos, que comprende la Mesa de Salomón. También tuvo gran trascendencia el relato de la Hija del conde Don Julián.
El Islam dominó la ciudad desde el impreciso 711, que nos cuentan los cronistas, al 1085. Trescientos setenta y cuatro años de un pasado con tanta fuerza, que ha marcado de forma significativa el futuro. Aún hoy, sigue siendo muy alta la percepción que se tiene del legado de ésta civilización: la trama urbana de la vieja ciudad, las dos mezquitas, las iglesias mudéjares, la altiva Puerta del Sol, lo intrincado de las callejuelas o los altos y ciegos tapiales de la clausura conventual nos evocan el legado de aquellas gentes (Clara Delgado Valero).
Tulaytula fue ciudad poderosa, rebelde y heterodoxa respecto al califato cordobés y el dominio de su taifa comprendió gran parte de la actual región de CLM.
El Islam toledano conservó en su seno un toque de atractiva tolerancia y una asimilación importante de la cultura anterior previamente dominante. Allí, también convivieron – la mayoría de las veces sin grave dificultad- los tres credos del Mediterráneo: el cristiano, el mahometano y el judío.
Es evidente que del pasado islámico de la ciudad no quedan grandes construcciones, ni siquiera em edificios singulares, salvo el Cristo de la Luz, pero mantiene el único ejemplo conservado en la Península, su configuración urbana.
Toledo tiene la configuración urbana por barrios y funciones que reúnen todos los requisitos establecidos para ser considerada medina: Una sede religiosa dotada de mimbar, judicial, administrativa y residencia del gobernador, un mínimo de población y la existencia de un mercado fijo.
Estas cualidades se concretan en una serie de espacios caracterizados por determinadas funciones: los espacios de “poder” alcázar y alcazaba o ciudadela político-militar, la medina o ciudad civil, y los arrabales o núcleos urbanos independientes. Fuera del recinto se hallan espacios de infraestructura, de servicio o lúdicos.
Los espacios urbanos vienen definidos por la existencia de un recinto amurallado cuya función civil, militar, política… permite el control de la población. Entre todos ellos son las puertas las que juegan un papel más destacado. En el exterior, se encuentran la musalla, huertas, almunias, cementerios…
Visitaremos la Almunia Almansura, o almunia real, los restos del palacio de Galiana de dentro de la Alcazaba (espacio de poder), la mezquita de Bab al Mardum o Cristo de la Luz, la iglesia del Salvador construida sobre los restos de la mezquita mayor, que conserva el hueco del mimbar y el patio de las abluciones con unos preciosos arcos; unos baños, las cuevas de Hércules, puertas y muralla y el entramado de callejuelas característico. Y hablaremos de Said de Toledo, protector y promotor de la astronomía, medicina, botánica, copistas….la casa islámica, el agua potable…
INDICACIONES
Se recomienda calzado cómodo y sombrero. Iniciaremos la visita visitando la almunia real, la Almunia Almansura, Huerta del Rey, palacio de verano de los reyes taifas, actual Palacio de Galiana, en cuyo jardín huerta hicieron experimentos de aclimatación de platas exóticas y de plantas medicinales Ibn Wafid e Ibn Basal , veremos el actual palacio reconstruido en estilo mudéjar, pero que conserva interesantes elementos originales, así como la estructura y posiblemente, la alberca. Debemos sacar previamente las entradas por Internet, por lo que será necesario inscribirse lo antes posible.
Podremos llegar con nuestros coches y aparcar en el interior, según el plano que
acompaña esta circular.
Continuaremos en coche para que los deseen puedan aparcar en alguno de los aparcamientos del entorno de la Estación de Autobuses y subir a Zocodover andando por la escalera mecánica. O subir en coche y aparcar en los aparcamientos del entrono de Zocodover, desde donde saldremos para realizar la segunda visita. De la mañana, la Mezquita de Bab al-Mardum o Cristo de la Luz, único edificio en pie, completo, anterior a la reconquista, que conserva la inscripción fundacional en la fachada de la calle, que indica que cumplió 1000 años en 1999 y que fue levantada el mes de Almujarram de 390.
Finalizada la visita de la mañana, dispondremos de tiempo para almorzar por nuestra cuenta en cualquiera de los restaurantes del entorno de Zocodover, desde donde saldremos para realizar las visitas de la tarde.
Desde Zocodover, continuaremos nuestro recorrido, visitando el Palacio de Santa Fé, que conserva los restos del palacio de Galiana, en el interior de la Alcazaba, donde se encontraba la sede del poder, donde además de los preciosos arcos y restos, tenemos la oportunidad de ver el oratorio de Almamun, hoy conocido como Capilla de Belén.
Continuaremos por los Baños del Cenizal, Iglesia del Salvador (antigua mezquita mayor) y las Cuevas de Hércules.
PROGRAMA
10:45 h: PUNTO DE ENCUENTRO: APARCAMIENTO INTERIOR DEL PALACIO DE GALIANA (Entrada muy cerca de la estación de Renfe. Ver plano).
11:00 h: Inicio de la visita con audio guía y nuestras explicaciones.
12:45 h: Después de haber aparcado en los parking gratuitos del entorno de la estación de autobuses, o en los públicos del entorno de Zocodover, nos reuniremos en la PLAZA DE ZOCODOVER, desde donde nos dirigiremos andando a la mezquita del Cristo de la Luz o Bab al Mardum.
14:15 h: Tiempo libre para el almuerzo. Se recomienda reservar, si es posible.
16:30 h: Punto de encuentro en la PLAZA DE ZOCODOVER, desde donde nos dirigiremos a la Capilla de Belén y restos de los palacios de Almamun.
17:30 h: Continuación de la visita por la iglesia del Salvador, antigua mezquita mayor; baños árabes, cuevas de Hércules, puertas y murallas.
20:30 h: Aproximadamente, fin de la actividad.
IMPORTE
INCLUYE: Entradas a los monumentos y Guía Oficial de Turismo.
-Socios de: Urbs Regia, Hispania Nostra, Colegio de Ingenieros de Montes: 45 €
-No socios: 55 €
• Inscripciones: urbs.regia@telefonica.net // 699177639.
Hasta el 5 de OCTUBRE
• Una vez confirmada la inscripción, se ruega ingresar el importe en:
CAIXA BANK: ES84 2100 1224 8002 0033 2938
SE RUEGA INSCRIBIRSE ANTES DEL 5 DE OCTUBRE Y, UNA VEZ CONFIRMADA LA PLAZA, REALIZAR EL INGRESO
Palacio de Galiana
El Palacio de Galiana es una almunia o palacio de recreo que fue construido por el rey Taifa, Al-Mamún, en el siglo XI. Se levanto a las afueras de la ciudad y a orillas del Tajo, ya que le proporcionaban el agua necesaria para el cuidado de sus legendarios huertos y jardines.
En 1212, con Alfonso VIII, el ejército del rey acampó aquí antes de lanzarse a luchar contra los almohades y derrotarlos en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa. A raíz de estos hechos se produjo una destrucción importante de la almunia de época islámica. Esto hizo que en el siglo XIII se llevará a cabo una primera reconstrucción en estilo mudéjar.
Ya en el siglo XIV, en concreto en 1385, sabemos que la propiedad del Palacio de Galiana pasó al Convento de Jerónimos de la Sisla por donación del rey Juan I. Los monjes no tardaron en venderlo: en 1394, adquirió la almunia doña Beatriz de Silva, esposa de Alvar Pérez de Guzmán. En esta fecha debió de acometerse la segunda reforma mudéjar ya que el palacio todavía conserva los escudos de los Silva y los Guzmán en las yeserías.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la propiedad pasa a manos de la última descendiente de los Guzmanes propietarios de Galiana: la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Y es en vida de Eugenia de Montijo cuando importantes personajes de la historia y la cultura española se interesan por este edifico en estado de abandono y buscan que salga del lamentable estado en el que se encuentra. Tristemente, la Emperatriz muere antes de poder llevar a cabo la restauración.
En 1959 el Palacio fue vendido a Alejandro Fernández de Araoz y su mujer Carmen Marañón. Bajo la dirección del prestigioso arquitecto Fernando Chueca Goitia y el historiador Manuel Gómez-Moreno se lleva a cabo un admirable proyecto de restauración devolviendo a Galiana todo su esplendor original.
En Galiana tiene lugar la leyenda de la princesa Galiana , una de cuyas versiones, en resumen, dice que:
Carlomagno llegó a Toledo huyendo de sus perseguidores en Francia y se refugió en el reino de Galafre, quien le proporción refugio y le acogió gratamente. Que después se enamoró de Galiana, la cual le correspondió y ambos amantes decidieron, cuando había pasado el peligro en Francia, huir de Toledo de forma subrepticia y, a pesar de que el rey moro de Toledo mandó tropas a perseguirlos, no pudo impedir que llegasen a su destino. El que escribió esta historia reprocha a Carlomagno su mal comportamiento y el mal pago que dio a quien lo había acogido desinteresadamente.
Más recientemente, en éste espectacular palacio se desarrolla la novela “La judía de Toledo”
Actualmente Galiana se encuentra magníficamente rehabilitado y se compone de una planta rectangular dividida en nueve salas abovedadas, un patio rehundido y un aljibe que refleja la magnífica arquitectura y el maravilloso jardín que rodea el monumento declarado Bien de Interés Cultural.
Mezquita del Cristo de la Luz o de Bab al Mardum
La solidez del gobierno de Córdoba empieza a deteriorarse con la proclamación de Hisam II en 976, que da lugar a un período de revueltas que provoca la desaparición del califato en 1031 Este hecho es el origen de la fragmentación de al-Andalus en más de treinta Estados autónomos.
No se conoce ni la fecha exacta ni como Toledo se declaró independiente. Parece ser que al caer el califato se produjo un vacío de poder en la ciudad, que recurrió a un consejo de notables locales para que ejercieran el gobierno, y por sus desacuerdos tuvieron que pedir ayuda su poderoso vecino, el señor de Santaver (Cuenca) que les envió a su hijo Isma’il que reinó con el título de al-Zafir en una fecha posterior a 1018.
En este contesto histórico se construyó nuestra mezquita que se encuentra en el barrio medieval de San Nicolás, en las proximidades de la puerta de Bab al Mardúm o también conocida por Valmardon., una posiblemente junto a la puerta de acceso más importante de la ciudad, como demuestra la recientemente descubierta calzada o calle romana, que parece conducir al foro romano, y los restos de un posible eremitorio o mausoleo. Se levanta en un barrio residencial en el que debieron construirse las mansiones de ricos e influyentes musulmanes de la época, como la familia Hadidi, de gran prestigio en la taifa de la ciudad. Sabemos que fueron personas dedicadas al estudio. Uno de sus miembros, Ahmad, fue consejero de Isma’il y de al-Mamun, cayó en desgracia con al-Qadir que permitió que le asesinaran en el alcázar toledano. Parece ser que fue este último quien erigió el edificio, según indica la inscripción fundacional que dice:
“En el nombre de Allah, hizo levantar esta mezquita Ahmad ibn Hadidi, de su peculio, solicitando la reompensa ultraterrena de Allah bajo la dirección de Musa ibn Ali, el arquitecto, y de Saáda, concluyéndose en muharram del año trescientos noventa (13 de diciembre 999/11 de enero 1000)”.
En un principio se la conoció por el nombre de Iglesia de la Cruz, por encontrarse en el barrio de la antigua iglesia visigoda de la Cruz , (a la que posiblemente pertenezcan los capiteles reutilizados.), quizá por abreviación del nombre que se le dio después de la conquista: Ermita del cristo de la Cruz y Nuestra señora de la Luz, que posteriormente, por economía del lenguaje, dio lugar al nombre actual de ermita- mezquita del Cristo de la Luz.
Una vez tomada la ciudad por Alfonso VI. Algunas de esas casas señoriales fueron dando lugar a un diverso número de fundaciones religiosas, que aún en la actualidad perviven en ella.
Después de la conquista de la ciudad por Alfonso VI, la mezquita fue vivienda de una familia y, en 1189, el arzobispo D. Gonzalo Pérez cede el edificio como oratorio a los caballeros San Juanistas, que no disponían de sede en Toledo, quienes construyeron el ábside.
La mezquita pertenece a una tipología de pequeños oratorios estudiados por Geoffrey King, de planta cuadrada con nueve naves soportadas por cuatro columnas, que generan otras tantas bóvedas, que tiene sus antecesores en Mosul, Túnez (Kairowan y Susa) y el Cairo ( Setenta y siete gobernadores), en Toledo quedan dos, El Cristo de la Luz que ocupa el número cinco y la mezquita de Tornerías el siete.
El esquema decorativo de las bóvedas sigue el esquema en T, en el que el incremento de la decoración conduce al muro de la Al Quibla, que contenía el mihrab. Según algunos autores, el Cristo de la Luz guarda las proporciones áureas en la construcción.
Las bóvedas y las composiciones de arcos de la decoración están inspirados en la ampliación de Alhakam II en la mezquita cordobesa, y sirven de modelo para la decoración de los edificios mudéjares toledanos.
Según King se puede afirmar que esta mezquita es una síntesis de elementos orientales, un tipo islámico de arquitectura y de los modelos decorativos de Córdoba.
El profesor Christian Ewvert realizó un estudio exhaustivo del edificio y levantó una completa planimetría del mismo.
Hay que resaltar que el Cristo de la Luz marca el punto de inflexión, en cuanto a decoración se refiere, entre el arte califal imperante en la ciudad hasta entonces y el mudéjar toledano., y sus pinturas son contemporáneas a las de San Román, sede del Museo de los Concilios.
Al-Hizam – Capilla de Belén – Palacio Almamun
Las modificaciones que a lo largo de los siglos se han operado en el recinto musulmán de al-Hizam de Toledo hacen muy difícil cualquier estudio de los elementos que hoy lo componen. No obstante, esta circunstancia se acentúa aún más en el caso del antiguo convento de Santa Fe de la Orden de Calatrava. El asentamiento sucesivo de comunidades hasta el siglo XX, primero una orden militar, religiosas después y colegio finalmente, llevó consigo, en cada cambio, la reforma de la casa que iba a acogerlas. Mientras que unas partes se sustituían (el claustro, v.g.) otras, como las áreas sagradas, se respetaban (iglesia, Capilla de Belén y las zonas ligadas a ambas).
A pesar de las incontables veces que las crónicas antiguas (árabes y cristianas) y los cronistas modernos evocan la magnificencia de los Palacios de al-Ma’mun y los sitúan en este área, poco más de unos hallazgos fortuitos nos dan información acerca de aquéllos. Entre las partes más antiguas de lo que fue recinto de al-Hizam, el Alficén cristiano, está sin duda la Capilla de Belén, localizada en el convento de Santa Fe, que ha suscitado a menudo interpretaciones divergentes.
Las excavaciones realizadas en el convento de Santa Fe entre finales del año 2000 y mediados de 2003 han sacado a la luz estructuras que apoyan la existencia de un palacio musulmán en el ámbito del claustro.
PAR Arqueología y Patrimonio Virtual, realizaron la recreación virtual de algunos de los hallazgos realizados y del oratorio de Almamun
Uno de los trabajos más complicados para la musealización del conjunto de Santa Fe, en Toledo, fue la reconstrucción virtual de la lujosa arquería taifa que, dada su impresionante riqueza, se piensa que fue el acceso a un importante salón del palacio de Al-Mamún.
A principios de la década de los 2000 se llevó a cabo un hallazgo sin precedentes durante las excavaciones arqueológicas que se realizaron en el claustro de Santa Fe: la arqueóloga Fabiola Monzón localizó, durante la realización de un sondeo en la panda norte del claustro, los restos de cuatro estructuras de ladrillo pertenecientes a una arquería decorada con un rico programa iconográfico protagonizado por escenas mitológicas, escenas de cacería y elementos vegetales, todas ellas conformando una profusa decoración de vidrios y relieves en estuco ricamente coloridos con tonos dorados, azul lapislázuli, rojos, naranjas, amarillos, etc.
ORATORIO
Se trata de un edificio realizado enteramente en ladrillo, de planta cuadrada al exterior y cuyos lados, al menos tres de ellos abiertos, se orientan a los cuatro puntos cardinales con una desviación de 15º (El interior es de planta octogonal, de lados rectos excepto en los ángulos sudoeste y noroeste, que son en parte curvos, lo que seguramente es resultado de una transformación posterior, de época cristiana.
El espacio se cubre con una bóveda ochavada de nervios entrecruzados dos a dos que dejan en la clave otro octógono, un trazado igual al de las cúpulas de los tramos laterales de la maqsura de la Aljama de Córdoba (El octógono central está hoy cerrado con unas tablas policromadas de finales del siglo XV pero, en origen, pudo cubrirse con una bovedilla esquifada como en los modelos cordobeses o en el tramo central de la mezquita de Bab al-Mardum en Toledo.
Por lo tanto, la construcción de este espacio ha de fecharse entre finales del siglo XI (después de 1085) y la primera mitad del XIII. Su función concreta en época de los calatravos no es conocida, aunque al ser usado como lugar de enterramiento, pudo ser capilla funeraria, capítulo o sacristía, espacios éstos que también podían albergar sepulcros de los caballeros de la Orden de Calatrava, razón por la cual debió respetarse en las constantes reformas del convento.
Puertas y Murallas
Iglesia del Salvador – Restos Mezquita Mayor
Considerada como la mezquita que otorgó Alfonso VI a los musulmanes cuando les arrebató la mezquita de Viernes. Entre los vestigios de época musulmana que conserva, hay que destacar la parte inferior de la torre, una arquería y una lápida conmemora/va. La torre está considerada como el único resto de alminar conservado en la ciudad. La lápida conmemora la construcción de una nave en la mezquita en el año 1041.
Said de Toledo
El Toledo Islámico constituye un rico pasado, en el cual la ciudad brilló en el mundo conocido con luz propia por el desarrollo que en ella tuvieron sobre todo las ciencias. S’aid de Toledo, mecenas protegió en la corte de Almamun a juristas, literatos, matemáticos, físicos, botánicos, médicos, astrónomos… y creó un emporio cultural que más tarde dio lugar a la Escuela de Traductores.
Tan importante fue esta época, que uno de los cráteres de la luna lleva el nombre de Azarquiel, (el de los ojos zarcos) ,nuestro astrónomo del siglo XI, que observó el firmamento creando sus instrumentos, las azafeas Zarquiliyas, láminas celestes, etc.
Considerado como el astrónomo más importante de al-Andalus, se cree qu Azarquiel nació en Toledo en 1029 y murió en Córdoba en 1087. Este orfebre, que adquirió sus conocimientos de la ciencia de los astros en la Corte, se atrevió incluso a desafiar la obra de Ptolomeo, científico griego heredero de la concepción del Universo legada por Platón y Aristóteles, para los que el Universo era una esfera perfecta integrada por otras esferas también perfectas.
Fue además el responsable de una importante mejora en el astrolabio, un instrumento que sirve para determinar las posiciones de las estrellas. Azarquiel consiguió que con una misma azafea -así se denominó esta evolución del astrolabio- permitiera la observación astronómica en cualquier latitud terrestre.
No podemos dejar de mencionar las famosas clepsidras o relojes de agua diseñados por Azarquiel, cuyos posibles restos han localizado recientemente los arqueólogos.
Me he enterado, ¡oh rey feliz!, de que había una ciudad llamada Toledo, capital del reino de los Francos. “Tenía un castillo que siempre estaba cerrado. Cada vez que moría un rey de los Rum y le sucedía otro, ponían un buen candado más, con lo que llegó a haber en la puerta veinticuatro candados, pertenecientes a otros tantos reyes. En esto subió al poder un hombre que no pertenecía a la casa real, y quiso abrir los candados para ver que contenía aquel alcazar. Los grandes del reino trataron de evitarlo, se le opusieron y se le resistieron. Pero el rey los rechazó y dijo: “He de ver qué es lo que contiene este castillo”. Le ofrecieron todas las cosas preciosas, bienes y tesoros que poseían con tal de que no lo abriese, pero él no quiso renunciar a su propósito.
Saharad se dio cuenta de que amanecía e interrumpió el relato para el cual le habían dado permiso.
Cuando llegó la noche doscientas setenta y dos, refirió:
Me he enterado, ¡oh rey feliz!, de que quitó los candados, abrió la puerta y encontró dentro dibujos que representaban a los árabes en sus caballos y camellos, con sus turbantes semicaídos, con las espadas
al cinto y las largas lanzas en la mano. También había un pliego , que cogió y leyó. Decía: “Los árabes ocuparán este país cuando se abra esta puerta. Tienen un aspecto semejante al de éstos dibujos. ¡Cuidado! ¡Mucho cuidado con abrir la puerta”…Aquella ciudad se encontraba en al-Andalus, y la conquistó Tariq b. Ziyad aquel mismo año, bajo el califato de al-Walid b. Abd al Malik, uno de los omeyas. Mató a aquel rey de mala manera, saqueó su país, hizo cautivos a las mujeres y a los jóvenes que lo ocupaban y se apoderó de sus bienes como botín. Encontró grandes tesoros en la ciudad: más de ciento setenta diademas de perlas y jacintos, piedras preciosas y una sala de audiencias tan grande, que los hombres a caballo hubieran podido celebrar fiestas. También halló vasos de oro y plata, imposibles de describir, y la mesa que había pertenecido al profeta Salomón, hijo de David (¡sobre ambos sea la paz!). Según cuentan, la mesa era de esmeralda, y aún se conserva en la ciudad de Roma. Su vajilla era de oro. Y sus platos de crisólito y de gemas. Encontró así mismo el “Libro de los Salmos”, escrito con letras griegas en hojas de oro incrustadas de pedrería. Halló también un libro en el que se describían las virtudes de las piedras y las plantas, y en el que se trataba de las ciudades, alquerías, de los talismanes y de la alquimia: todo ello escrito sobre oro y plata. Un tercer libro describía el arte de tallar los rubíes y las piedras preciosas, la fabricación de venenos y de la teriaca…. Todo esto fue llevado a al Walid b. Abd al Malik. Los árabes se esparcieron por todas las ciudades de Al Andalus, que constituye un magnífico país”.
Las Mil y una noches. Cuento 272