Visita Guiada por Toledo, capital del Reino Visigodo

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No quedan grandes palacios ni iglesias, los restos se encuentran repartidos por toda la ciudad, el periodo visigodo supuso un hito para la ciudad, la mítica corte visigoda ha sido utilizada posteriormente para dar esplendor y legitimidad a sucesivos periodos históricos, siendo la “Madinat al Muluk” en época islámica.

Por cortesía de D. Juan Miguel Ferrer, Deán de la catedral veremos la inscripción de la consagración “in católico” de la catedral de Santa María en 587, en tiempos de Recaredo, mostrando la relación de los reyes visigodos con la sede primada. El Director del museo de Santa Cruz nos ha facilitado el acceso al Museo de los Concilios y de la Cultura Visigótica , donde a través de las pie-zas que conserva, tendremos oportunidad de aproximarnos al conocimiento de los diferente yacimientos visigodos del entorno, así como la pilastra paleocristiana de El Salvador.

Gracias a la amabilidad del arqueólogo Ruiz Taboada, tendremos la oportunidad de realizar una visita privada a la excavación de un edificio monumental visigodo bajo sus arcos, entre otros restos que veremos paseando por la ciudad.

Un reparador almuerzo en la Venta de Aires nos permitirá reponer fuerzas y escuchar al Dr. Zárate versar sobre el paisaje histórico y la situación de los yacimientos periurbanos, para continuar, junto a Juan Manuel Rojas, recorriendo el yacimiento visigodo de Vega Baja.

Toledo, capital del reino visigodo, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad el 26 noviembre 1986, Valor Universal Excepcional el 27 junio 2013 y ciudad adherida al Convenio de Paisaje Europeo en 2000.Número de plazas: 60, con preferencia para los socios.

El itinerario cultural Orígenes de Europa que promovemos desde Urbs Regia comprende el periodo histórico que empieza con la desintegración del Imperio Romano y el asentamiento de los pueblos bárbaros y germanos en su territorio. El patrimonio y la historia de estos pueblos de Europa conformados al final del Imperio Romano de occidente, algunos tradicionalmente considerados bárbaros, otros venidos como tantas veces de Oriente, creó una nueva realidad que con el paso de los siglos dio lugar a la Europa de los estados y las Regiones que nos es tan familiar, con identidades singulares a la vez que colectivas.

La caída del Imperio marca el inicio de un largo camino hacia lo que será la Edad Media, transformando sobre la marcha todo el viejo continente hacia una nueva Europa.

Por estos caminos que recorrieron los pueblos de Europa conformados al final del Imperio Romano de Occidente, circularon el arte, la cultura, la filosofía, la ciencia, la cultura clásica, la filosofía y los valores que llevaron al viejo continente hacia la Edad Media y una nueva Europa.

La cultura visigoda ha pasado desapercibida en nuestra historia al haber sido eclipsada por las tan conocidas culturas romana y musulmana, anterior y posterior respectivamente. Por ese motivo es tan importante para nosotros haber podido conservar entre nuestro patrimonio uno de los lugares emblemáticos en el mundo de éste periodo.

Toledo, capital del reino visigodo, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad el 26 noviembre 1986, Valor Universal Excepcional, el 27 junio de 2013 y ciudad adherida al Convenio de Paisaje Europeo, en 2000.

Esta primera actividad del otoño estaba prevista realizarla como complemento del seminario de octubre pasado en el MAN que versó sobre “La irradiación del poder desde Toledo capital del reino visigodo”.
Durante esta jornada tendremos la oportunidad de recorrer algunos de los hitos de la capital visigoda de la mano de excelentes y reconocidos especialistas en cada aspecto a tratar:
D. Juan Manuel Rojas Rodríguez- Malo, arqueólogo, referente en el estudio de yacimientos alto medievales de Toledo tan significativos como la Vega Baja y Guarrazar, de los que ha sido y es director, respectivamente, además de socio y amigo de Urbs Regia.

D. M. Antonio Zárate Martín, Dr. en Geografía, profesor honorífico de la UNED y catedrático, vocal de la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfica, miembro del Comité Español de la Unión Geográfica Internacional (UGI), de Hispania Nostra y es vocal del grupo CTN 302 «Turismo industrial, museos y colecciones museísticas» del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE). Es especialista en geografía urbana y paisaje, comprometido con su estudio, conservación y puesta en valor a través de publicaciones científicas, proyectos de investigación y dirección de tesis. Dirige el Boletín de la RSG, colabora con universidades de numerosos países, y forma parte de consejos científicos y de redacción de revistas nacionales e internacionales. Ha dirigido el grupo de investigación de la UNED: “Cultura, Paisaje y Turismo” y es miembro de la plataforma “Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura”.

Aparcamientos:
Los coches se pueden dejar en el aparcamiento Alcázar, frente a la puerta de la biblioteca del Alcázar, en el aparcamiento del Corralillo (misma calle que el anterior). Como la visita termina en la Vega Baja, los que lo prefieran, pueden aparcar en la zona del restaurante Venta de Aires, en el extremo oeste del Circo Romano, que es gratuito y subir andando por el remonte mecánico (uno media de hora andando).

El espacio sobre el que se levanta la actual catedral ha sido tradicionalmente el centro religioso de la ciudad. Hay constancia que en el siglo IV el arzobispo hispano-romano Melancio, levantó un templo en honor del Salvador y de Santa María y que el rey visigodo Recaredo consagro en el 587 una basílica en honor a Santa María.

La iglesia visigoda de Recaredo se levantó alrededor de un pilar donde según la tradición descendió la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso en el momento de ir a decir misa. San Ildefonso se había destacado por defender con especial ahínco la virginidad de María. Por su defensa, la Virgen descendió de los cielos para imponer al santo la casulla. Este nos ha llegado de la mano del gran poeta Gonzalo de Berceo San Ildefonso fue arzobispo de Toledo entre el 657 y el 667; sus restos reposan en la Catedral de Zamora.

La conversión al catolicismo de Recaredo se produjo en el 587 y tras él la nobleza goda del reino visigodo de Toledo también abjuró de su fe cristiana arriana anterior. La formalización de la conversión se produjo durante el III Concilio de Toledo celebrado en el 589. En la conversión influyó la rebelión de Hermenegildo, hermano de Recaredo, que tuvo lugar al final del reinado del padre de ambos, Leovigildo. Con la conversión se puso fin a la división entre los gobernantes godos arrianos y sus súbditos hispanorromanos –y galorromanos de la Septimania- católicos.

El arqueólogo acreditó que lo conservado en la planta baja de la Mezquita «no es una cisterna romana» sino «un edificio monumental» que puede ampliar el conocimiento de una «época desconocida», la de la arquitectura visigoda.

La VIII edición del curso de formación ‘Los lunes al sol’ ha iniciado trayecto con un arqueólogo que acude siempre fiel a esta cita con sorpresas bajo el brazo. Y no ha sido menor la ocasión, porque Arturo Ruiz Taboada se ha enfrentado al análisis del ‘Conjunto arqueológico de Tornerías: la transformación del espacio doméstico desde la II Edad del Hierro hasta el presente’ partiendo de cero y propiciando, con ello, «la relectura de un edificio» -contenedor de dos, de épocas y estilos diferentes, la mezquita y una edificación monumental tardo antigua- que se contempla a modo de «puzzle más complejo de lo que se venía diciendo».

Y lo es porque Tornerías está integrado por un edificio conocido, el de la mezquita, y otro «menos conocido en la planta baja porque tradicionalmente se había interpretado como cisterna romana». Una identificación errónea, ya que el trabajo de investigación -auspiciado por la Dirección General de Turismo y Artesanía en el marco del proyecto de rehabilitación dirigido por Javier Alguacil y Luis Moreno- ha posibilitado confirmar que se trata de «un edificio monumental de características concretas situado genéricamente en el mundo antiguo», dado que «todavía desconocemos la fecha exacta de su fundación».

Y puesto que sí apunta, el arqueólogo, que este edificio posee «una seña constructiva representada por la tipología de sus arcos, que no son de medio punto, y sí de herradura», el marco visigodo aparece como ámbito de contextualización al alejarse las estructuras «del mundo romano y del medieval andalusí clásico».

De ahí que «esa tierra de nadie de distintos siglos» se relacione con un edificio dotado de características constructivas sustentadas en «el tipo de sillares, de reutilización en su mayoría, trabados con una fina capa de cal -lo que es extraño-, y con despiece de sillares», abriendo la posibilidad a la arquitectura visigoda que, sentenció, «sigue siendo la más desconocida».

Quizá se deba, el mismo, al «gran cajón desastre de la fallida excavación en Vega Baja» y a los estudios del mundo visigodo «que se han limitado a realizar análisis tipológicos de piezas repartidas por las fachadas de mezquitas, iglesias y casas». En este punto, y visionado la próxima fase de excavación como propicia para «tener una idea bastante aproximada de los que debió ser», es indudable que al investigación «ampliará» el conocimiento «al subir un peldaño más en ese mundo desconocido que es la época visigoda».

Un reto que Ruiz Taboada asume cuestionando todo tipo de elementos para «empezar de cero, sin influencia externa, y ajeno a lo escrito en los últimos siglos» que, en Tornerías, «es erróneo al limitarse a repetir descripciones decimonónicas».